La enóloga Valentina Di Francesco, creadora de los proyectos Buena Espina y Tres Copas, conversó con Prensario del Vino sobre la evolución de sus vinos, el momento de la industria, y la importancia de romper mitos para acercar a los nuevos consumidores.
“Desde que empecé a estudiar enología, sentí que ser enóloga, no era simplemente hacer vino, sino que iba más allá: era el arte de hacer vino”, empieza a contar a Prensario Valentina, quien comenzó con el proyecto “Buena Espina” como un hobby en casa bajo el nombre “Inizio”, destinado a ser el vino compañía de las reuniones con personas cercanas, pero que hoy va por más.
“Empezamos elaborando con mis padres unos 200 lts de vino, con uvas de un amigo de la familia, que me apoyaba con la idea de crear mi propio Malbec. Desde ese momento, me enamoré de todo lo que esto causaba: la unión con personas que uno quiere, familia y amigos que pasaban horas desgranando uvas, y ayudando en cada etapa del proceso, siempre con mates y charlas de por medio. Las risas, momentos compartidos; las manos, ropa sucia; los aromas que generaba cada etapa de la fermentación, hasta llegar al momento de embotellarlo”, agrega.
Pero fue en la pandemia, a mediados de 2020, el momento en el que decidió dar un paso adelante y, como la propia enóloga señala, hacer de Inizio “algo real”, con un mayor alcance.
“Así nació Buena Espina, un proyecto que da buena vibra, buen augurio, inspira confianza; que el instinto dice: ve por ello. Tiene como objetivo lograr- con uvas de fincas propias de Valle de Uco- un vino joven, con carácter propio, complejidad, elegancia, siempre manteniendo su juventud y fruta fresca”, describe y agrega sobre Tres Copas, proyecto que tiene junto a su padre, amigos, y del cual también participa como enóloga: “La idea es mostrar que se pueden lograr diferentes estilos, estructuras, complejidades en una línea joven, con los mismos “ingredientes”, simplemente jugando con las combinaciones”.
En el 2022, además de la línea Malbec que dio inicio al proyecto, se incorporó Buena Espina Blend 2021, una partida limitada de 290 botellas que tiene 12 meses de barrica de roble francés, y Valentina tiene en sus planes sumar un Cabernet Sauvignon de La Consulta, Valle de Uco, próximamente.
En lo que respecta a la evolución del mismo, cuenta: “Como todo proyecto pequeño, las ventas al comienzo van de a poco, hay que ganarse la confianza del consumidor, y esto se logra con mucho esfuerzo y trabajo de hormiga. Los amigos siempre ayudan, la familia, el famoso “boca en boca” que empieza a hacer conocido el nombre Buena Espina”.
“El que emprende tiene que aceptar que a lo largo del camino, hay momentos tanto de motivación como de frustración, pero cuando uno hace el balance, se da cuenta de todo lo que uno puede lograr cuando está rodeado de buena energía y gente que le apoya. Ganas nunca faltan”, enfatiza y remarca que hoy en día el foco está puesto en el mercado local, con presencia en San Juan, Misiones, Corrientes, Chaco, Bahía Blanca, La Plata y diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires.
Sobre la industria, Valentina índica que se ve un crecimiento tras varios años de baja del consumo, impulsados por la pandemia y el regreso del acompañar las comidas con una copa de vino como tradición, pero también por el aumento de la oferta de cursos y catas de vino que invitaron a la gente a animarse a entrar al mundo del vino.
Sin embargo, aunque la enóloga ve la aparición de estos espacios como un gran lugar para conocer y descubrir, advierte que es necesario romper con algunos mitos para atraer a los nuevos consumidores, como el concepto de que es necesario saber para poder tomar, algo que durante muchos años hizo que muchos no se animaran a probarlo. “Realmente no es así; si uno quiere tomar vino, no necesita ser experto en el tema, saber describirlo sensorialmente o maridarlo con platillos complejos”.
“Lo importante es saber que nos gusta y que no. El resto se va descubriendo y aprendiendo con el tiempo. La clave está en animarse a probar, tanto en diferentes estilos, variedades, acompañamientos, y poco a poco van a ir haciéndose expertos en lo que más les gusta”, agrega y marca como tendencia: “Hoy en día se está apuntando mucho a los vinos jóvenes, frescos, con mucha presencia de fruta. La inclusión de nuevas variedades, innovación tanto en etiquetas, cantidades de los envases que permitan la medida justa que desea el consumidor, son claves para abrir las puertas de este mundo”.
“Lo increíble del vino, no es en sí la bebida, sino lo que es capaz de hacer. El vino une, el vino crea momentos; el vino acompaña”, completa Valentina Di Francesco.
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