Una teleconferencia organizada por Wine Intelligence ha aportado interesantes revelaciones sobre el mercado sueco de vinos, en base a una encuesta sobre las características y preferencias de los consumidores y a los conceptos del Master of Wine Ulf Sjödin, Head of Category Management en Systembogelat, el monopolio estatal de comercialización de bebidas alcohólicas de ese país.
La presentación fue iniciada por Lulie Halstead, de Wine Intelligence, presentando estadísticas comparativas de actitud de usuarios del Reino Unido, Alemania, Canadá, Australia y China, además de Suecia, entre marzo de 2019 y octubre de 2020, y posteriormente, junto con Juan Park, se entrevistó a Sjödin acerca de la experiencia ganada por el ente de comercialización con respecto a estos temas.
Entre las conclusiones principales, se puede destacar que los consumidores suecos prestan actualmente tanta atención a que los vinos sean orgánicos como a ‘las medallas’ –expresión de Sjödin: ‘hay muchas medallas ahí afuera’— que los expertos en degustación hayan adjudicado en términos de calificación de calidad de cada vino. La característica “Fair Trade” (comercio justo, en relación al rédito obtenido por cada una de las partes que intervienen en el proceso de elaboración) también esta siendo tenida en cuenta a la hora de decidir la compra de tal o cual marca y variedad de vino, pero Sjödin puntualizó que ‘la calificación debe provenir de una entidad externa, no de la propia bodega elaboradora’ y que ‘el consumidor busca algo que sea beneficioso para sí mismo, y no sólo para el ambiente’; los vinos ‘carbón neutro’, sustentables para el medio ambiente, no reciben preferencia por ese motivo. Comentó sobre el tema que ‘hay iniciativas interesantes de vino orgánico llegando de Chile y Argentina’. En contraste, el que un vino sea ‘vegetariano’ o ‘vegano’ no es, en la actualidad, un atributo buscado por los consumidores.
Otra consideración interesante es que el consumo de vino aumenta con la edad, mencionando un menor consumo de alcohol y gran entusiasmo de los jóvenes por la cerveza artesanal, que está logrando captar sus preferencias de consumo en base a una gran cantidad de variedades y sabores. De la estadística surge que las mujeres suecas han aumentado su consumo –proporcionalmente—más que los hombres, que los envases pequeños (latas, botellas chicas) están ganando en popularidad y que la pandemia, con la restricción, limitando las reuniones sociales, ha reducido la tendencia a utilizar ‘marcas conocidas’, instando a los compradores a probar vinos no degustados antes. Un 52% de los encuestados se mostró dispuesto a ensayar nuevas marcas, frente a 34% de conservadores y 15% que consideran importante el precio del vino a la hora de decidir la compra o el consumo.
Se observó un aumento en el consumo de 20% en el vino Rosé y su ocurrencia a lo largo del año, en lugar de su anterior 80% de consumo estacional en verano. También se manifestó una tendencia hacia los vinos ‘secos’, en tanto los dulces y ‘de postre’ bajaron de 10 a 15%, y los ’sin alcohol’ cayeron 30%. Sjödin mencionó la ‘premiumización’ como factor vigente, con el 30% de los vinos vendidos teniendo un precio de 30 Euros o más. Con respecto al ‘Bag in Box’, indicó una tendencia hacia el formato de 1,5 litros frente al de 3 litros, que podría resultar del usuario considerando que ‘el vino se conservaría mejor’ hasta su utilización final. También señaló que los formatos pequeños ‘incitan a la experimentación’ y, con respecto a las etiquetas, declaró no estar al tanto de que tengan influencia sobre la decisión de compra, aclarando que ‘no soy la persona indicada para juzgar’ este tema.
Otras conclusiones de la encuesta fueron que, en Suecia, ‘el vino ganó con la pandemia’, si se considera el ‘on premise’ (hotelería, restaurantes) y ‘off premise (hogar, reuniones privadas), pese a las restricciones impuestas, y aumentó la frecuencia con que la gente toma vino, especialmente las mujeres. Cabe señalar que en Suecia más comercios permanecieron abiertos --con restricciones—que en otros países.
コメント