Creado como proyecto personal de vinos conceptuales por parte de Jorge Correa, Gerente de Enologia de bodega Otaviano, “Siete Locos Wines” busca salir de los estándares tradicionales del mercado, donde el juego con los distintos varietales permite hacer vinos más amables y complejos.
“La idea de conceptualizar la novela de Roberto Arlt, surge de la inquietud e identificación como enólogo de tratar de salir de los estándares tradicionales del mercado donde gran parte los vinos están estereotipados, se trabaja en un alto porcentaje con la idea de varietales puros y donde el consumidor se encuentra algo desorientado ante tanta oferta y tanta información que bajan las bodegas: distintos terroirs, suelos, variedades de moda, si es de altura o influencia marina, crianza en roble, mineralidad o frescura, vinos puntuados o no puntuados y un largo etcétera”, cuenta a Correa, y remarca que los vinos del proyecto están pensados todos como vinos de corte o Blend, donde, como los personajes de Los Siete Locos, cada vino “está despojado de “sobre-información” y son fáciles de comunicar al consumidor para que solo tenga que juzgar si le gusta o no le gusta”.
“Por eso el lema ‘Vinos de corte anárquicos, dispuestos y organizados para instaurar la revolución de los sentidos’, tomando la idea de la novela de la Organización y la rebelión al orden establecido’, dice el enólogo quien en 2020 proyecta mover un stock comercial de unas 2.500 botellas en total.
Actualmente Siete Locos está en el mercado desde agosto con dos productos: El Traicionero y El buscador de Oro, mientras que en octubre espera lanzar Desamor, completando así la línea Plomo. Además, en noviembre salen El Inventor y El Astrólogo - los primeros Blend Bronce-, esperando completar el desarrollo de portfolio en 2021, con una proyección para el año que viene de unas 6.000 botellas. “Cada uno de los vinos, no tienen una formula fija de los cortes, sino que puede ir variando partida a partida manteniendo la idea conceptual de cada uno de los vinos”, describe el enólogo.
En cuanto al momento, pese a ser un desafío, genera oportunidades acompañadas por el aumento del consumo del vino, con un consumidor que ha podido acceder a más momentos disfrute del vino, incorporándolo en todas las comidas, y ya no solo para un asado el fin de semana, según dice Jorge Correa. Pero para el enólogo no se trata solo de un cambio en la cantidad de ese consumo, sino en la industria en su conjunto: “La industria también creo que entendió que había que bajarse del halo de elitismo que creó hace unos años y empezó a acercarse a los consumidores, dándole más opciones: diferentes tipos de envases (bag in box, lata, etc) y bajando un mensaje más simple”.
Y completa: “No hay que tenerle miedo al vino, hay que empezar de a poco, hay gran variedad de vinos en la Argentina. Mi recomendación es empezar por los vinos jóvenes, frutados, que son por lo general los vinos entry level de las bodegas y luego irse animando a vinos más complejos (con guarda en roble o vinos de determinadas zonas, etc.). Sacarse todos los prejuicios a la hora de tomar vino. Uno toma el vino que más le gusta, si es con soda, con hielo o haciendo un coctel con otra bebida es la mejor manera”.
