De actriz a sommelier, Natalia Juncos es un buen ejemplo de lo que el vino genera como experiencia, y la pasión que su mundo despierta.
“Mi pasión por el vino nació de casualidad, cuando estaba trabajando en el programa La Biblia y el Calefón, conducido por el querido Jorge Guinzburg y donde comencé sirviendo tintos de una marca reconocida, y donde luego me quedé todo ese ciclo sirviéndoles a los invitados vinos y comentando las características del mismo en tono de humor”, cuenta a Prensario Natalia.
Según la actriz cordobesa, hoy en día justamente uno de los principales desafíos que ve en la industria está vinculado con el “aprovechar la curiosidad por el vino de las nuevas generaciones para posicionarse en todas las franjas etarias y dejar a un lado el consumo de otras bebidas que están relacionadas con el disfrute y el pasatiempo de buenos momentos”. “Creo que tenemos un súper desafío aquí... aprovechando que es sorprendente la inquietud que tienen hoy los chicos de más de 21 años por el mundo del vino”, remarca Juncos, quien ve que en la figura del sommelier mucho más que alguien que sabe de vinos.
“Nuestra función está cada vez más ligado con el de ser buenos comunicadores. Este es nuestro rol principal y único. Hacer cotidiano y coloquial los términos, la forma de comunicar cuando hablamos de vinos es hoy lo más complejo para poder captar la atención del mundo del vino”, agrega.
Y analiza: “Los cambios hoy en la industria vienen de la mano de la sostenibilidad, de las exigencias del consumidor como ya hablamos y del cambio climático, tan preocupante por todos los que participamos en el mundo del vino, y el mundo en general. Por esto hoy se habla de tendencias a consumir vinos con menor intervención de sulfito, de menos ‘mano del hombre’ en su proceso de elaboración, de trabajar las fermentaciones con levadura indígenas, etc. Hoy hablamos de vinos ecológicos, orgánicos, biodinámicas, incluso vinos veganos. La tendencia es buscar expresar en la elaboración de una botella menos azúcar menos alcohol hasta nos interesa consumir vinos naranjos con más presencia de acidez y menos presencia de taninos provenientes de la madera en su estructura”.
“Recomiendo si gusta el vino, empaparse de ellos. Leer, curiosear, animarse a probar y degustar conscientemente, ser atentos y comprender lo que él nos está intentando comunicar. Nuestras percepciones, expresiones y calidad de vida va a ayudar a acercarnos a su vida, a quién lo hizo y de dónde proviene”, completa Natalia.
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