La sommelier internacional Marisol de la Fuente conversó con Prensario del Vino sobre la importancia de una comunicación clara y sencilla para llegar no sólo a los consumidores jóvenes, sino a todo el que se sienta expulsado por “no saber”.
La pasión de De la Fuente comenzó en un viaje a Mendoza, donde tuvo la posibilidad de participar de varias degustaciones y descubrir su capacidad para detectar aromas y sabores. Hoy, ha sabido mezclar con éxito dos de sus pasiones, la comunicación y el vino, ya sea a través de las redes (@solsommelier), donde interactúa constantemente con enólogos y especialistas, así como en distintos espacios audiovisuales y su site www.solsommelier.com.ar.
De acuerdo con la sommelier, si bien la industria argentina se redujo en litros, creció en la búsqueda de calidad, novedades y conocimiento. “El consumidor es más exigente, quiere saber qué está tomando y conocer más de sus procesos productivos y origen”, señala de la Fuente, y remarca que el mayor desafío que tiene hoy la industria es justamente “llegar a los consumidores con mensajes claros y de manera sencilla, útil, fácil de entender”. “Comprender que las personas buscan vivir una experiencia y parte de ellos es poder transmitirles que están bebiendo cuando toman esa copa de vino en particular”, enfatiza.
Para de la Fuente, el vino es mucho más que una bebida: “es parte de nuestra cultura, es una experiencia, son emociones, está presente cuando estamos solos o acompañados, cuando estamos tristes o festejamos. Es un elemento que reúne emociones y sensaciones que se viven en cada momento y ocasión de consumo”.
Sin dudas, como experiencia que es, un buen maridaje es sumamente importante para un mayor disfrute. “Cuando ambos se complementan correctamente, la vivencia es más que la suma de esas partes y se convierte en un mundo de sensaciones que de otra manera sería imposible experimentar. Si el vino o el plato pasan por encima a las características del otro se pierde esa mística que se logra en la unión de los elementos de la comida y el vino”, apunta.
Y completa Marisol: “Comunicar de manera clara y sencilla es la clave. Esto trasciende la edad, como con todos los productos de consumo nadie adquiere lo que no entiende, lo que te expulsa por ‘no saber’. Por eso en mi experiencia, el único camino es siendo claro y honesto en la comunicación entendiendo que hay consumidores para todo tipo de producto y vinos para los distintos momentos de la vida”.
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