Adaptarse a las tendencias de mercado y los públicos es sin dudas uno de los principales desafíos que tiene hoy la industria vitivinícola, según describe la propia Maria Victoria Massaro, responsable de prensa y comunicación en la bodega Alta Vista. Pero, ¿cómo puede una industria tan tradicional aggionarse a los tiempos que corren?
Ya sea por necesidad del contexto generado por el COVID-19 o una realidad propia de la industria, las bodegas han comenzado a recurrir a alternativas para alcanzar a los consumidores, ya sea con medias más tradicionales, como las promociones para puntos de venta, como la distribución a través del e-commerce.
Pero el público joven continúa pareciendo una asignatura pendiente por parte de las bodegas. De acuerdo con Massaro, hay una necesidad de llegar al público joven de la mano de contenido en redes, ‘pensado para las plataformas en las que está dicho público y con una razón de ser’. ‘Escuchar a las generaciones más nuevas, no subestimar sus hábitos de consumo y sus preferencias. Hacerles preguntas. Dejar de pensar al vino como un objeto de culto. Animarse a innovar en el packaging, el mensaje y el entorno, por ejemplo, con nuevos eventos y participación en los lugares donde el público realmente está, contrario a las tradicionales ferias y degustaciones’, remarca Massaro, quien a su vez señala que es importante ‘romper con los discursos que buscan presentar al vino como algo alcanzable solo para personas cultas y conocedoras’.
Sin embargo, según la especialista, puede verse una tendencia a comenzar a probar cosas nuevas tanto desde el enfoque del productor como del consumidor. ‘Por ejemplo, el caso de Norton y su espumante elaborado con la uva Grüner Veltliner, muy utilizada en Austria. Los vinos blancos se están desprendiendo de algunos viejos prejuicios y toman más importancia en el mercado. Con los vinos en general, la tendencia va por la frescura, la acidez firme y la exaltación del lugar de origen. Esto se puede ver en algunos blends de uvas tintas y en vinos de Bonarda o Cabernet Franc’, enumera y agrega la aparición de nuevos formatos y formas de consumo que comienzan a asomar: surgen algunos vinos en lata, canillas de vino "tirado" y bares enfocados en esta bebida, en contraposición con la cerveza artesanal. ‘El consumo de vino viene en baja y tanto bodegas como gastronómicos están pensando formas de reinventarse’, completa.
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