Es sabido que la industria vitivinícola se expande en todo el mundo. La importación de vinos también viene creciendo sostenidamente a nivel mundial en el orden de 6% anual, de acuerdo a la publicación World’s Top Exports, y fue de 37.900 millones de dólares en 2018.
Desde el punto de vista geográfico, Europa representó ese año un 49,8% del total, con América del Norte en 23% y un 21,3% fue absorbido por Asia. América Latina y el Caribe, sin contar México, importaron 2,12 %, Oceanía 2,17% y África 1,3%.
En el orden de países, Estado Unidos encabezó la lista con 17% del total, seguida por el Reino Unido con 11,5%: Alemania 8,2%; China 7,5%; Canadá 5,3%; Japón 1,7%; Hong Kong 4,1%; los Países Bajos 3,6%; Suiza 3,2%; Bélgica 3,0%; Francia y Rusia, 2,8%; Suecia 2,1%; Dinamarca 2% y Singapore 1,7%. Estos quince países absorbieron el 79,4% del valor de las importaciones de vino, siempre en 2018.
Si se considera el crecimiento por país de 2014 a 2018, la lista es encabezada por China, que subió 88%; Hong Kong, con un aumento de 41,2%; Francia, que creció 36,2% y los Estados Unidos, 15,3%. En comparación, cayeron el Reino Unido en 13,6%; Bélgica en 12,8%; Alemania 9,5% y Rusia 8%.
La comparación de estas cifras con la población y territorio de los diferentes países conduce a diversas conclusiones. Para los productores de Argentina y otros países latinoamericanos interesados en exportar o en aumentar sus exportaciones a diferentes partes del mundo, estas referencias pueden ser útiles, además de consideraciones esenciales tales como la necesidad de importadores confiables, aranceles aduaneros, costos de transporte y precios locales, para seleccionar mercados con gran potencial --India es uno de ellos-- y la modalidad --variedades, embotellado o a granel-- en función de la disponibilidad local y las preferencias o costumbres locales de cada mercado.
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