La periodista y sommelier Gabriela Malizia hizo un análisis de las principales tendencias de la industria del vino en Argentina, donde destaca la búsqueda de generar una industria volcada hacia una alimentación saludable y la sustentabilidad.
La pasión de Malizia por el mundo del vino se incrementó alrededor de 2006, “época de ebullición de la nueva vitivinicultura en Argentina, en el que se abrían nuevas bodegas, llegaban inversiones, los enólogos despuntaban tímidamente como celebrities”, según cuenta la propia Gabriela, quien agrega: “Ciertamente en esos años el ambiente en torno al vino era muy estimulante y yo me uní oficialmente, primero escribiendo sobre el negocio y luego, ya como sommelier, adentrándome en el producto. Sin embargo, mi pasión nació mucho antes, en la infancia, cuando iba a cosechar junto a mi padre que tenía viñas en Lavalle. Luego tuvimos una bodega que elaboraba vinos en damajuana. Un tiempo que recuerdo con mucho cariño”.
Para la periodista, uno de los principales desafíos que tiene hoy la industria reposa en mantener el consumo, evitando que siga cayendo. Y para eso, es necesario adaptarse a las diferentes tendencias que comienzan a verse en el plano global. “Con la pandemia del COVID 19 todo cambió, hay informes recientes que indican que a nivel global el consumo decaerá este año y que los compradores de vino volverán a explorar etiquetas y productos nuevos, ya que en 2020 por precio y calidad, se mantuvieron fieles a las marcas establecidas que fueron las que más crecieron. También se acentuaron debido a la pandemia y a la crisis global dos tendencias, "alimentación saludable" e "industrias sustentables". La primera está empujando a elaborar vinos de menor graduación alcohólica y sin sulfitos; la otra acelera la migración hacia vinos ecológicos menos huella de carbono, menos pesticidas y fertilizantes en los viñedos, lo más orgánico posible”.
En una segunda instancia, para buscar aumentar el consumo, la autora del blog www.eltriunfodebaco.com.ar reconoce que hoy, el mayor desconocimiento, se da porque mucha gente no tiene interés, simplemente, y porque el discurso demasiado elevado los desalienta a interesarse. “Creo que hay que seguir conociendo y desarrollando nuevas diferenciaciones pero también hay que llegar al consumo masivo con explicaciones más sencillas. Me he dado cuenta que tenemos que buscar a ese público que hemos dejado atrás y brindarle herramientas para que haga un upgrade a la hora de elegir un vino”.
Y recomienda para aquellos que comienzan a explorar el mundo del vino: “Beban vinos blancos dulces y jóvenes, o tintos secos, pero con dulzor y madera, busquen que les recomienden vinos amables y reconocibles al paladar. Otra alternativa son los rosados de malbec para el verano, o espumantes al estilo "aperitif" de Chandon”.
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