El gobierno francés aprobó la nueva ley que endurece las reglas para los vinos que se venden por copa o en jarra, y que obliga a los bares y restaurantes a indicar el origen de los vinos que ofrecen a los consumidores, en cualquiera de sus formatos. “Se podrá sancionar con multa de hasta 1.500 euros la ausencia de esta información en los menús, cartas de vinos o cualquier otro soporte del establecimiento de que se trate”, indica el escrito.
Aunque es una práctica común que las listas de vinos detallen información sobre los orígenes de la botella de vino que está ordenando, ese no siempre es el caso de los vinos que se venden por copa o jarra. Y es esto sobre lo que pretende trabajar el gobierno de Francia para asegurar la calidad del producto ofrecido a los consumidores.
La ley es una actualización de la Ley de Transparencia de la Información sobre Productos Agropecuarios y Alimenticios, que debía entrar en vigor en 2020 pero que posteriormente se retrasó debido a la pandemia del coronavirus.
El proyecto de ley tiene por objeto proteger la remuneración de los agricultores y productores en Francia, detallando mejor el origen de los productos para el consumidor.
Se espera que los niveles de producción de vino francés se recuperen un poco en 2022, después de que la cosecha de 2021, afectada por las heladas, alcanzara mínimos históricos.
