Situada en San Rafael, Mendoza, Finca La Diolinda apuesta por la producción de vinos de calidad, con partidas limitadas y exclusivas elaboradas con uvas de su propio viñedo.
“Finca La Diolinda nace por dos motivos muy particulares: Su tierra natal y la fe forjada en La Deolinda, más conocida como Difunta Correa, figura mítica pagana en la religión popular de Argentina. Su hacedor, nacido en San Rafael, decide a sus 17 años visitar Buenos Aires en busca de un nuevo futuro laboral, allí conoce a su mujer y forman una familia. Después de varios años, vuelve a su tierra natal reencontrándose con sus raíces, amigos de la infancia y con ellos miles de anécdotas vividas en su niñez, donde el escenario principal estaba rodeado de fincas”, describen a PdV desde la Finca que busca, a través de sus vinos de autor, “ser generadores de momentos de encuentro únicos reflejando la identidad de los sabores de nuestra tierra”.
De acuerdo con uno de sus representantes, en estos últimos años los productores boutique han ido ganando reconocimiento por parte del consumidor, viendo que “el buen gusto y sabor no solo se ven reflejados en la grandes marcas”. “Los amantes del vino, están en búsqueda constante de nuevas etiquetas que sorprendan y salgan de lo clásico. Desde hace un tiempo empezó a haber un gran interés por todo lo que es y rodea al mundo del vino, lo cual abre el mercado para nuevas bodegas y nuevos consumidores”, agregan.
Sin embargo remarcan que hoy “el desafío es colaborar y aportar para que el mercado del vino siga expandiéndose a través del conocimiento de los nuevos sabores para cada consumidor”. “Como productores independientes, al trabajar en pequeñas escalas se nos hace más difícil solventar algunos costos, pero a su vez, la producción de cantidades más pequeñas hace que podamos poner más detalle en todo el proceso, y esto nos da la ventaja de poder experimentar y poder tener una producción limitada pero de gran calidad y personalidad”.
Y completan desde la Finca: “Les recomendamos a quienes se acercan por primera vez al vino dejar de lado el prejuicio y animarse a las nuevas etiquetas y proyectos independientes, donde van a poder encontrar nuevos sabores, que salen del estándar del mercado, con estilo y personalidad”.
