El Wine Institute de Estados Unidos, estimó hoy que las pérdidas a la industria del vino, en las diferentes etapas, pueden llegar en ese país a 5.940 millones de dólares este año, como consecuencia de la pandemia COVID-19.
Para la mayoría de las bodegas, la pérdida de ingresos puede variar entre el 36% y el 66%, de acuerdo al analista y experto John Moramarco, directivo de la empresa bw166 y editor del GombergFredrikson Report. Medida en cajas de 9 litros (12 botellas de 750 ml), la producción del 97% de las cerca de 10.000 bodegas en la Unión Americana es de menos de 50.000 cajas por año.
Las bodegas de menor producción serán las más afectadas, con una estimación de 66% de pérdida de facturación para las 6420 bodegas produciendo menos de mil cajas (12.000 botellas) por año. Las que producen entre mil y cinco mil cajas sufrirán pérdidas de 47,5% en promedio, en tanto las más grandes perderán alrededor del 33% de su facturación por la pandemia.
Moramarco señala que la situación particular de cada bodega dependerá de los canales de comercialización que utilice. Con respecto a los restaurantes, salas de degustación y ventas presenciales, la expectativa es que haya un 50% de recuperación de su actividad dentro de los tres meses de levantamiento de las restricciones actualmente existentes, lo cual se estima sucederá a fines de mayo 2020. La recuperación total está estimada en ‘tres a seis meses después que una vacuna esté ampliamente disponible’.
El informe estima también las pérdidas a ser sufridas por los locales presenciales (restaurantes, hoteles, etc.) en 80%, el mismo porcentaje que para las ventas a visitantes de las bodegas y salas de degustación: la venta directa (clubes del vino, etc) caerá 10%, en tanto las ventas online crecerán 10%, aunque haya habido un incremento inicial superior, que se estima no continuará.
Otro efecto secundario es que se estima habrá un excedente de uva ante la imposibilidad comercial de vinificarla. Esto, por un 25% de caída en las ventas de uva, por valor de 1.400 millones de dólares.
Robert P. Koch, presidente y CEO del Wine Institute, señala que ‘las bodegas, tanto como los hoteles y restaurantes, están sintiendo el impacto: las bodegas dependen mucho las ventas en sus salas de degustación y restaurantes, que han caído mucho; aunque confiamos en la recuperación a largo plazo de la demanda por el vino de California y Estados Unidos en general, estimamos que esta recuperación será lenta’. El informe cita también a John Aguirre, presidente de la California Association of Winegrape Growers, diciendo que ‘el precio de la uva era bajo antes del golpe de la pandemia Covid-19, pero ahora los cultivadores de uva enfrentan la perspectiva de un desastre financiero’.
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