Por Pia Graziosi
En el mundo del vino y la comida hablamos de maridajes. Existen todo tipo de matrimonios: aquellos en los que la personalidad fuerte de un vino opaca las sutilezas de un plato; otros en los que simplemente no se entienden, y ambos sufren por el desencuentro; algunos en los que las características de los ingredientes resaltan el lado negativo del vino; pero también existen aquellos maridajes donde ambos se potencian, donde nace el equilibrio y la armonía entre un plato y un vino, éstos son los matrimonios donde hay magia. Y ésta magia puede llevarse desde los platos más simples a los más complejos.
Podemos pensar en un vino tinto con potencia y un buen asado; un vino blanco ligero y fresco con una pesca; un Torrontés con empanadas salteñas; un dulce tardío con queso azul y peras.
El concepto de maridaje es clave a la hora de disfrutar un vino, ya que después de haber pasado por el complicado proceso de elegir cual vino compramos (en un mar de oferta e información), podemos terminar combinándolo con una comida con la cual se va a deslucir.
Por esto, mi sugerencia es: tomá mucho vino, y cada vez que abras una botella tomá una copa, cerrá los ojos e imaginate con que lo comerías. Soñá. Y después de mucho tomar y mucho comer las relaciones en tu cocina van a ser mágicas.
Nacida en California, Santa Cruz, Pia Graziosi es sommelier y pastelera, en vías a convertirse en enóloga y dentro de su expertise destaca el haber trabajado junto al reconocido enólogo Matias Michelini, entre otras cosas. Además es una de las creadoras y productoras del vino "Enorgullecida".
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