Según datos presentados por el Centro de Estudios Económicos de Bodegas de Argentina (CEEBA), el mercado británico importó entre julio de 2019 y 2020 un total de 1.343 millones de litros de vino, representando 4.022 millones de dólares (3 dólares por litros), lo que abre nuevas oportunidades para el posicionamiento de las exportaciones argentinas.
Si bien el principal origen de los vinos continúa siendo de los países europeos, donde los principales exportadores representan el 63% del valor total, los países del llamado “Nuevo Mundo” (Argentina, Chile, Estados Unidos, México, Perú, Uruguay, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica) que ya cuentan con preferencias arancelarias como Chile y Sudáfrica, ya participan del 9% del total importado, y luego del anuncio realizado por el gobierno británico en relación a los aranceles que pagarán los vinos europeos, sin dudas esta brecha se irá acortando más y más.
De acuerdo con el reporte de CEEBA, en los últimos doce meses, los países del Nuevo Mundo exportaron 884 millones de dólares, de los cuales 124 millones corresponden a vinos argentinos.
En lo que respecta a al tipo de exportaciones, el de mayor volumen corresponde a vinos fraccionados, pese a su caída en los últimos años, en parte como consecuencia de la caída, y por otro lado, vinculado a la sustitución por importaciones de vinos a granel que se fraccionan en el Reino Unido y luego son despachados al mercado interno y a la exportación. En tanto la menor participación corresponde a vinos espumantes cuya importación total se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. Los vinos fraccionados tranquilos provienen mayoritariamente de los países europeos, en especial de Francia a quien siguen los vinos italianos.
“Es de destacar la caída de aquellos que han gozado del beneficio porque lo han hecho con arancel 0, lo cual indica que no ha sido atractivo el mercado o que no han tenido ventajas competitivas. Es allí donde parece radicar la posibilidad de expansión de los vinos fraccionados argentinos que sí han mostrado expansión en los últimos años sin gozar de preferencias”, remarcaron desde el Centro de Estudios.
En cuanto a los vinos espumantes se trata de un mercado casi totalmente dominado por los europeos, especialmente franceses e italianos, con una sustancial caída de los primeros y el consecuente aumento de los de Italia de la mano del Prosecco.
Por último, el mercado de vino a granel está dominado por exportaciones de países del Nuevo Mundo y en especial de aquellos que no gozan de preferencias arancelarias. Este mercado se expandió gracias a la importación para fraccionar allí ahorrando así costos de transporte, pero habrá que ver cuál es el impacto definitivo de la medida por cuanto luego se exportaban fraccionados al continente europeo y es posible que ahora pierdan ventajas arancelarias para hacerlo. Entre Australia y Estados Unidos concentran el 57% del valor importado en los últimos doce meses.
Los vinos argentinos pasaron de tener un share total del 1,7% al 3,3% en volumen en los últimos cinco años y del 1,9% al 3,1% en valor en el mismo periodo y en la crisis de la pandemia es uno de los pocos países que ha mostrado crecimiento en el valor total exportado.
La principal expansión la tuvo en vinos espumantes y granel mientras que mostró una fuerte caída en vinos fraccionados como consecuencia de las medidas restrictivas para el “on trade” donde tienen mayor penetración estos vinos argentinos.
“Entre los vinos que se benefician están sin dudas los argentinos, pues mostraron una gran capacidad competitiva gracias a una buena relación cambiaria y el posicionamiento de los vinos fraccionados en franjas de precios más elevadas. Competían en precios con vinos europeos italianos y españoles y ahora con menos arancel pueden colocarse vinos de precios algo menores y ganarles espacio a éstos dado que el mercado inglés es un mercado de precios promedio relativamente bajos comparados con el resto de los principales países importadores mundiales”, comentó Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina.
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