Por Brenda Bianchi y Mauricio Guida (@embajadora.del.vino)
Con los años van cambiando los gustos y uno se anima a la copa de vino. Empezás de a poco, con el clásico Malbec. Encontrás en la experiencia de la elección del varietal, el momento del descorche y ese ruido mágico que indica que estás sirviendo tu copa, tu placer elegido.
Así empezamos nosotros, como consumidores entusiastas e inquietos…. Decidimos empezar a vender vinos, pasando de ser consumidores a consejeros de experiencias de paladar, con todo el entusiasmo que eso genera, en un momento como este. Así nació @embajadora.del.vino, un espacio donde compartimos todo lo que vamos aprendiendo sobre bodegas que no están en todos lados.
Afortunadamente, el crecimiento del mundo vitivinícola incentiva el desarrollo, por parte de expertos, de varietales con características increíbles. El resultado de ello es el aumento de bodegas argentinas premiadas internacionalmente en estos últimos años.
Como cualquier negocio, es importante la capacitación permanente. Desde conocer el proceso desde la recolección de la uva hasta el envasado en la botella; desde la elección del terroir hasta las notas de cata deseadas en el resultado final, así como la visita de los sommeliers más influyentes. La posibilidad de poder conocer todos estos entretelones es uno de los objetivos que tenemos a mediano plazo.
Hoy, con la condición actual que atravesamos, donde todo está más accesible y el público está más pendiente de las redes, el desafío de emprender en el mundo del vino es aún mayor. Para los que no estamos instalados en el mercado, el desafío es constante, justamente porque la oferta de diversos vinos está al alcance de todos.
Si bien cualquier dispositivo ayuda para saber cómo conseguir cualquier objeto de interés, también presenta el desafío de captar a ese potencial consumidor, sin recurrir a la clásica venta o la publicidad online paga.
Los canales de difusión, como los consumidores, son variados: desde el email hasta los avisos en redes, pasando por whatsapp, páginas web o páginas de Facebook. Sin embargo, el objetivo es el mismo: captar la atención de esa persona que comparte con nosotros, el deseo de convertir el descorche es un ritual especial. Para esto no hay fórmulas, lamentablemente… Hay que probar, ser constantes, pero sobre todo, ser genuinos.
Es a ese consumidor nuevo al que queremos dirigirnos y a aquel que se anima a salir de su clásico tinto, para probar algo nuevo. Queremos que todos disfruten, como lo hacemos nosotros, de elegir y conocer un poquito más “ese vino que te gusta”, combinándolo con la comida que exalte esos sabores. De esta manera haces ese momento, ideal. Porque “el mejor vino no es el más premiado, sino es el que más te gusta”.
