La Bodega Puerta del Abra anunció que el Instituto Nacional de Vitivinicultura reconoció la nueva “Indicación Geográfica” Balcarce, algo que involucra no solo una especificación geográfica determinada, sino también conocimientos, prácticas y técnicas aplicadas a la elaboración de un producto y las características del clima y el suelo de donde proviene, todo lo cual fundamenta su valor diferencial.
“Comenzamos a trabajar en reconocer esta Indicación Geográfica cuando vimos el diferencial que Balcarce tiene como zona vitivinícola respecto a las I.G. ya reconocidas en Argentina. Nos apoyamos en análisis y estudios realizados que concluyen que contamos con elementos diferenciadores con respecto a las zonas tanto aledañas como a las vitivinícolas tradicionales del país: límites políticos definidos, origen geológico único (sistema serrano de Tandilia), composición de suelos diferencial, presencia de calcáreo activo”, explicaron desde la bodega que produce alrededor de 20.000 litros de vino y cuenta con 12 hectáreas plantadas, con variedades Chardonnay, Riesling, Albariño, Pinot Noir, Cabernet Franc, Bonarda y Tannat.
Y continúan: “Por otra parte, los vinos producidos a partir de las viñas cultivadas en esta zona ya demuestran tener gran potencial enológico para la elaboración de vinos premium, teniendo en el momento presente una gran acogida por el consumidor y la prensa especializada, quienes han reconocido en los mismos características distintivas así como una altísima calidad promedio”.
Comenzamos a escribir la historia en el año 2013 y cada proceso implementado en la búsqueda de la excelencia hará que nuestros vinos tengan una identidad propia y única.
La bodega
“El Vallecito, está ubicado en un valle rodeado del sistema de sierras de Tandilia, una formación de 2.200 millones de años de antigüedad. Elegimos este lugar por su relieve, el entorno paisajístico, la presencia de la sierra y el viento”, enfatiza Delfina Pontarolli, enóloga y jefa del proyecto.
“Gracias al espíritu emprendedor que nos caracteriza somos pioneros en la viticultura en la zona, lo cual conlleva una enorme responsabilidad. Nos preocupamos por aprender y seguir entendiendo nuestros suelos. De la mano de Lydia y Claude Bourguignon (expertos en reconocimiento e identificación de terroirs), mapeos de electroconductividad, múltiples calicatas y análisis físicos y químicos vamos comprendiendo el tesoro que tenemos bajo nuestros pies”, dice.
De acuerdo a los análisis de suelo realizados por el laboratorio Bourgignon uno de los puntos más interesantes tiene que ver con la superficie interna de las arcillas.
En los suelos analizados en Puerta del Abra se encontró́ una baja superficie interna de arcillas (200 g/m2); esto demuestra un alto potencial para la producción de vinos blancos y espumantes. Se observó también una gran similitud entre estos suelos y los de Champagne.
“El segundo resultado muy alentador del estudio de los Bourgignon es la presencia de suelos calcáreos en algunos sectores de esta zona y en esta propiedad. En Francia muchos de los famosos terroir están situados en suelos calcáreos, siendo muy escasos a nivel mundial (se concentran en dicho país). Este tipo de material en el suelo brinda a los vinos un carácter mineral que es muy apreciado por expertos y consumidores a nivel mundial. Confiere a los vinos una virtud cualitativa clave, y hoy es un atributo difícil de encontrar fuera de Francia y muy escaso en Argentina. Tanto nuestros consumidores como la crítica especializada han hecho referencia a este aspecto”.
Su calcáreo es de origen freático, pedogenético y el que se produce como resultado de la intervención biológica (por acción de microorganismos). Asimismo, el mismo se encuentra distribuido de manera heterogénea a lo largo de todo el campo donde están plantadas las viñas de la Bodega
El viento es uno de los rasgos marcados que caracterizan a este terroir. Es de alta intensidad y es tanto un benefactor como un elemento que desafía al hombre y su conocimiento en el arte de la viticultura. En un clima con precipitaciones abundantes durante el ciclo vegetativo el viento es un poderoso agente sanitario. “Pero es el mismo viento el que nos ha llevado a trabajar con mallas y estructura para que los brotes puedan crecer normalmente, venciendo la tracción potente que ejercen las ráfagas sobre ellos, que de otro modo los golpearían contra alambres o harían difícil su desarrollo por la deshidratación de los ápices y el efecto físico de este fenómeno de potente magnitud”, agrega Delfina.
Y completa: “Seguiremos trabajando con el foco puesto en encontrar la mejor versión de cada uno de los varietales, acompañados por la madurez del viñedo y la obtención de una uva de cada vez mejor calidad. A la vez, proyectamos elaborar vinos de parcela y explorar nuevas cepas que puedan adaptarse a la zona. Sabemos que este es el primer capítulo de muchas otras zonas nuevas por descubrir ya que Balcarce tiene características heterogéneas, lo que lleva a delimitar nuevas subregiones dentro de sus límites y porqué no, nuevas I.G. con diferentes potenciales para la viticultura”.
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